jueves, 5 de febrero de 2015

El guardián




“ Te quiero desde la tierra hasta la luna, saltando de ésta galaxia hasta los limites del infinito.Y si te quiero de esa forma, no me importa que el mundo o tú mismo crean que he perdido la razón. Confío en que habrá otro Big Bang más apropiado para nosotros, lejos muy lejos de la gente que permanece ahora cerca nuestro, de los amigos y enemigos que se interponen entre los dos.”

El ángel sonrió mientras leía esas palabras que flotaban en el alma, que llevaba en sus manos. Irradiaba una luz intensa, la típica luminiscencia en aquellas almas que dejaron de pensar en si mismas, para entregarse a otros.
-Locura de los seres humanos- suelen decir los demonios ante semejante acto de despojo.

No sucede con todas las almas e incluso no es lo más aconsejable para que el mundo viva en armonía. Todo equilibrio requiere de pecado y de buenas acciones que reparen esos pecados.
El guardián suspiró. Transportar la pequeña alma no era sencillo, cada vez que se descuidaba escapaba surcando el cielo a gran velocidad y él corría tras de ella, para regresarla a la bolsa.

-Escúchame. – le dijo suavemente- permíteme que te lleve a la eternidad y serás feliz.

El alma respondió: 
- No puedo ser parte de la eternidad; soy parte de otra persona.

-Eres parte de un todo al igual que yo. Mírame bien, soy un ángel y tengo una responsabilidad contigo.Debo cuidarte y depositarte en la luz original.

-No quiero- murmuró el alma

-¿Por qué?

-No podré llorar, no podré extrañar, no podré...

- ¡Exacto!, ya no tendrás pesares, todo se olvidará.

-¿Me olvidaré de cuanto amaba? ¿De cuando era humano y hasta de qué conocí un ángel?

-Soy un guardián de almas, no hace falta que me recuerdes. Mi trabajo es entregar tu luz al cielo. Los humanos, no valoran un amor como el que tú sientes.

-Ya lo sé. Nunca espere ser amada, solo deseaba que me dejasen amar y fui condenada a la tristeza. Hasta puedes agregar que me consideraban una estúpida.

- ¿Y no es ése un dolor que merece ser borrado para siempre?

- Entre los egoístas, tendrías una respuesta afirmativa.

El guardián reflexionó. No podía llevarla contra su voluntad, el efecto final seria desastroso.

- ¿Qué quieres hacer?

-Seguir amando.

El ángel la extrajo con suavidad y la depositó en el suelo. Abrió ampliamente sus alas, en señal que su tarea había terminado.

-Llorarás. Pero ahora tienes conocimiento de que tus lágrimas no son en vano. Tu luz es única al igual que tu amor, cuando estés lista volveré por ti.

Y el alma regresó a su forma humana , para seguir haciendo lo mismo que hace toda alma enamorada : escribir canciones llenas de “te quiero” no correspondidos , o crear poemas , o dibujar corazones en una pared.




FIN





Autor: MenteImperfecta © (Adriana Cloudy) 2014

Imagen de Tomasz Alen Kopera


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